Las medallas de oro olímpicas representan el máximo reconocimiento a los logros de los deportistas de alto nivel. Estas medallas son un asunto de leyenda, simbolizando lo mejor que la humanidad puede alcanzar en términos de esfuerzo deportivo. Los competidores olímpicos sueñan con subir al podio, con sus ojos brillando tanto como la medalla que pende de su cuello. Pero, ¿son realmente de oro las medallas que reciben los primeros lugares olímpicos? ¿De qué están hechas las medallas olímpicas?
Más Rápido, Más Alto, Más Fuerte
El lema de los Juegos Olímpicos resonará en todo el mundo durante este verano, cuando la competición mundial llegue a París. Todos hemos sido testigos de la maravillosa expresión de logro cuando los atletas, al conquistar el primer lugar, reciben una medalla de oro. Se trata de un momento emocionante que inspira y hace eco a través de siglos de proezas deportivas. Para los participantes de este extraordinario evento, este instante representa el pináculo de su carrera y la culminación de años de esfuerzo y disciplina. Colocar finalmente sus manos en el oro olímpico significa hacer realidad un sueño.
La Historia del Oro en las Medallas Olímpicas
Las joyas de oro se produjeron por primera vez hace más de seis milenios, alrededor del año 4600 a.C. Desde entonces, la propiedad de productos de oro se convirtió en un indicador de estatus social. De manera similar, los organizadores de los Juegos Olímpicos reflexionaron sobre cómo premiar a las élites del mundo deportivo.
Sin embargo, el oro no siempre fue la primera opción. Los libros de historia deportiva señalan a la plata como la opción elegida para los primeros competidores hasta finales del siglo XIX. Fue a partir de los Juegos Olímpicos de St. Louis, Missouri (EE.UU.) en 1904, que se comenzaron a entregar medallas de oro a los ganadores de diferentes disciplinas. Esto marcó el inicio de la tradición de las medallas de oro, plata y bronce para los primeros, segundos y terceros lugares, respectivamente.
No Todo lo que Brilla es Oro
Para los Juegos Olímpicos de París 2024, la reconocida casa joyera francesa Chaumet se encargó de la minuciosa preparación de todas las medallas de oro, plata y bronce que serán otorgadas, mientras que su acuñación fue asignada a la Casa de la Moneda de París.
No obstante su indiscutible belleza, las medallas de oro olímpicas no están elaboradas con oro macizo. Las últimas medallas de oro macizo se otorgaron en los Juegos Olímpicos de Estocolmo (Suecia) 1912. Desde los Juegos Olímpicos de Amberes (Países Bajos) en 1920 y hasta el día de hoy, todas las medallas de oro están en realidad hechas casi totalmente de plata, con un baño de oro que les proporciona su aspecto dorado. Por ejemplo, para los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, las medallas de oro contenían 99.9% de plata pura y tan solo 6 gramos de oro en forma de una fina capa exterior.
Más Significado que Valor Económico
La pureza siempre será tema central de conversación cuando se trata de productos de oro y, en ese sentido, las medallas de oro olímpicas no están exentas de esta discusión. El valor real de las medallas de oro olímpicas radica en su prestigio y en lo que simbolizan respecto a las hazañas deportivas que las respaldan. Su carga emocional y significado estimativo es lo que hace su valor incalculable, no así la cantidad de oro que realmente contienen.
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