El Día Internacional de la Mujer, también conocido como 8M, reivindica los derechos de las mujeres y las niñas. Esta fecha reconoce la lucha por la igualdad que las mujeres han llevado a cabo a través de las 4 olas de feminismo (iniciadas en el siglo XIX), y que ha resultado en la obtención de derechos políticos, sociales y de autonomía económica.
En este marco, es relevante analizar cómo el oro ha sido un aliado en la autonomía económica femenina, desde su uso en dotes y herencias, hasta su papel como vehículo de inversión.
El Oro como Símbolo de Empoderamiento Femenino
Desde tiempos antiguos, las mujeres han utilizado el oro como una forma de asegurar su bienestar económico. En sociedades donde las leyes restringían su acceso a propiedades o a ingresos propios, el oro se convirtió en un recurso tangible que les permitía preservar la riqueza y garantizar su futuro.
De forma similar, en diferentes culturas el oro ha funcionado como un seguro financiero personal. Por ejemplo, en India, el oro es un elemento fundamental en los matrimonios, ya que las familias lo entregan como parte de la dote. De hecho, se estima que las mujeres indias poseen el 11% del oro que existe en el mundo, en forma de joyería.
Más allá del aspecto simbólico, el oro se convierte en un seguro financiero para las mujeres en caso de afrontar desafíos económicos. En Medio Oriente y en Asia, muchas mujeres reciben en herencia joyas de oro como una forma de patrimonio que pueden utilizar en situaciones de emergencia o para emprender negocios.
Este acceso al oro les ha otorgado a muchas mujeres un nivel de autonomía económica que, de otra manera, no habrían tenido. En varios países no fue hasta los años sesenta o setenta que la legislación permitió a las mujeres abrir una cuenta de banco sin la firma de su esposo o padre; en Estados Unidos en 1974 y en España en 1975, por ejemplo.
Mujeres Inversionistas y el Oro como Activo de Resguardo
Por su buen desempeño a lo largo del tiempo, del 28.4% (en dólares) en 2024, muchas mujeres ahorradoras o inversionistas han optado por el oro como un activo de resguardo dentro de sus portafolios. Como ejemplo, recientemente la Casa de Moneda Británica (The Royal Mint) anunció que más mujeres están comprando oro. A octubre de 2024, las mujeres representaban más de una cuarta parte (26%) de los clientes inversionistas de dicha casa de moneda, cifra que triplica la estadística de 2018, año en el que las mujeres representaban tan solo el 8% del total de sus clientes.
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Una similar tendencia ascendente puede observarse en países de la Unión Europea y en los Estados Unidos. Según un estudio realizado por BullionVault en 2024, desde el inicio de la Crisis del Covid-19 a principios del 2020, el número de mujeres que invertían en oro por primera vez creció un 116% en comparación con el periodo previo inmediato de 4 años (2016-2019).
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