Durante siglos, la historia de este mítico lugar capturó la imaginación de aventureros que creían en la existencia de una especie de reino construido con oro. ¿Cómo apareció este mito que provocó la incesante búsqueda de una riqueza monumental?
La fantástica leyenda de El Dorado, la ciudad de oro, tiene sus raíces en las tradiciones de los pueblos indígenas de Sudamérica, específicamente en la cultura de los muiscas, quienes habitaron desde el siglo VI a.C. en el altiplano central de Colombia.
Esta cultura realizaba una ceremonia en el lago Guatavita, donde su líder, el Zipa, se cubría de polvo de oro para después sumergirse en el agua como ofrenda a los dioses. Al ser observada por los conquistadores españoles, esta práctica fue malinterpretada, por lo que se transformó en la idea de un "hombre dorado" o "El Dorado".
En Busca de una Ciudad Imaginaria
Los relatos que surgieron, provocados por la fascinación hacia la riqueza indígena, distorsionaron la ceremonia del Zipa y dieron lugar a la leyenda de una ciudad entera hecha de oro. Esta interpretación errónea se extendió rápidamente entre los europeos, alimentando sueños de riquezas incalculables y desatando una fiebre de exploración.
El mito de El Dorado provocó una serie de expediciones, comenzando con Gonzalo Jiménez de Quesada, quien lideró una exploración en la década de 1530 en busca de la ciudad dorada en la región de los muiscas en Colombia. Aunque encontró tesoros y riquezas, no halló la ciudad de oro esperada.
En 1541, Francisco de Orellana lideró una expedición que resultó en el primer viaje completo por el río Amazonas. Si bien no encontró El Dorado, su viaje amplió el conocimiento europeo sobre la geografía de Sudamérica.
Por su parte, Sir Walter Raleigh emprendió dos expediciones en la década de 1590, buscando El Dorado en lo que actualmente es Venezuela y Guayana. Los esfuerzos también terminaron en fracaso, pero su relato influyó en la persistencia de esta ilusión.
El Dorado en el Arte
El pintor colombiano Miguel Gómez ha creado obras que representan la riqueza y el misterio de esta leyenda con paisajes dorados y figuras indígenas. Por otra parte, el Zipa, líder de los muiscas, está representado en la escultura conocida como "El Hombre Dorado" o "El Dorado", creada por el escultor colombiano Alejandro Ceballos y situada en el Parque de Bolívar en Bogotá.
Dentro del ámbito literario, en la sátira filosófica "Cándido" (1759), Voltaire coloca a su protagonista en una utopía llamada El Dorado, un lugar de inmensa riqueza y armonía, cuya fantasía idealizada contrasta marcadamente con el mundo real.
De igual forma, la leyenda inspiró a David Grann para escribir "La ciudad perdida de Z" (2010), obra literaria en la que narra las aventuras de un explorador británico en busca de una ciudad mítica en la selva amazónica, que muchos relacionan con El Dorado.
En cuanto a películas, el director Carlos Saura cuenta la historia de la expedición de Pedro de Ursúa y Lope de Aguirre en el filme "El Dorado" (1988). Mientras que en el cine de animación, "Road to El Dorado" (2000) plasma la búsqueda de este ciudad fantástica a través de dos estafadores que encuentran un mapa que los lleva a ese lugar construido con el metal precioso.
Una Ciudad Desmitificada
La riqueza de los muiscas, aunque impresionante, no alcanzaba las fabulosas dimensiones de la leyenda. A pesar de que la historia y la arqueología han refutado su veracidad, El Dorado continúa siendo un fascinante mito que refleja la búsqueda humana de la abundancia y el descubrimiento.
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